→ ¿Qué es la bulimia: bulimia nerviosa es un trastorno psiquiátrico caracterizado por atracones de comida de alimentos, seguido por sentimientos de culpa y de intento de deshacerse rápidamente del exceso de calorías consumidas, por lo general a través del vómito inducido o el consumo medicamentos.
→ Los factores de riesgo: las mujeres jóvenes son el grupo más afectado. Las personas con otros trastornos psicológicos, tales como depresión, baja autoestima, ansiedad o trastorno obsesivo-compulsivo también presentan mayor riesgo.
→ Síntomas: vómitos inducidos frecuente o el abuso de laxantes y diuréticos suelen causar una serie de problemas, incluyendo daño al esófago y la orofaringe, erosiones en los dientes, la ampliación de la glándula parótida, las fluctuaciones en el peso corporal, heridas en las manos, uñas débiles, fatiga crónico, mareo, dolor abdominal y varios otros.
→ Tratamiento: El tratamiento es a largo plazo y se hace generalmente con una combinación de medicamentos antidepresivos, la rehabilitación nutricional y psicoterapia.
La bulimia es una enfermedad que forma parte del grupo de patologías psiquiátricas llamado trastornos alimentarios.
Consideramos un trastorno alimentario cualquier patrón de comportamiento relacionado a los alimentos que pueda causar daños a la salud del paciente.
La bulimia es una patología que afecta a cerca del 1% de la población. Se caracteriza por el consumo compulsivo de alimentos seguido de un intenso sentimiento de culpa y miedo de engordar, que llevan al paciente a tratar de deshacerse rápidamente de las calorías consumidas, actitud que se denomina comportamiento compensatorio inapropiado.
La forma más común de purga es a través de vómitos inducidos, pero puede ocurrir también por el consumo excesivo de laxantes, diuréticos o medicamentos que suprimen el apetito. Los episodios de ayuno prolongado, adhesión a dietas muy restrictivas, práctica exagerada de ejercicios físicos o cualquier otra actitud que tenga como objetivo impedir la ganancia de peso también pueden formar parte del comportamiento compensatorio.
El paciente bulímico suele estar preso a un ciclo vicioso que se caracteriza por:
El consumo compulsivo de calorías y el comportamiento compensatorio son habitualmente hechos a escondidas, sin que amigos o familiares tengan conocimiento. El paciente suele sentir vergüenza tanto de la fase de alimentación compulsiva cuando del momento de la purga.
Lo que la familia puede percibir es la excesiva preocupación del paciente con su peso y apariencia física. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en la anorexia nerviosa, el paciente bulímico suele tener un índice de masa corporal (IMC) adecuado, lo que hace que sus familiares no sospeche, al principio, de la existencia de un trastorno alimentario.
La bulimia nerviosa se distingue del trastorno de compulsión alimentaria por la inexistencia de la fase compensatoria inapropiada en este último.
La asociación de la bulimia con otros trastornos psiquiátricos es extremadamente común. El 95% de los pacientes bulímicos presentan al menos una enfermedad y hasta un 64% presentan tres o más patologías psiquiátricas asociadas.
Los estudios realizados en los Estados Unidos mostraron la siguiente frecuencia de enfermedades psiquiátricas asociadas a la bulimia:
No sabemos exactamente por qué surge la bulimia. Probablemente, es el resultado de múltiples factores genéticos, psicológicos y sociales.
Algunas características hacen al individuo más propenso a tener bulimia. Son ellas:
Como los episodios de compulsión alimenticia y purga se hacen a escondidas, y el paciente no suele estar por debajo del peso ideal, la familia puede tardar en darse cuenta de la existencia del trastorno alimentario.
Las señales físicas y los cambios en el comportamiento suelen ser los principales consejos. Muchas veces, el paciente deja pistas que sugieren que está comiendo escondido, como platos sucios en la habitación, envases de comida, migas por el suelo, servilletas sucias, desaparición de comida de la dispensa, etc. Algunos comportamientos también son sugestivos, como quedarse encerrado en el baño por largos períodos del día, principalmente después de las comidas, práctica excesiva de ejercicios físicos, obsesión con dietas o preocupación excesiva con la apariencia.
Descubrir que el paciente almacena medicamentos que ayudan a perder peso, tales como diuréticos, laxantes, supresores del apetito o estimulantes del metabolismo también es una señal de alerta.
El prolongado ciclo de compulsión alimentar-purga suele provocar alteraciones físicas que pueden ser fácilmente identificadas por el médico o la familia, tales como:
En los casos más graves, los pacientes pueden presentar irregularidades menstruales y cambios significativos en los análisis de laboratorio, tales como hipoalbuminemia (albúmina sanguínea baja), hipocalemia (potasio sanguíneo bajo), hiponatremia (sodio sanguíneo bajo), hipocloremia (cloro sanguíneo bajo) y alcalosis metabólica (elevación del pH sanguíneo).
Los vómitos repetidos y el uso abusivo de diuréticos y / o laxantes pueden provocar insuficiencia renal por la crónica deshidratación.
La gravedad del cuadro de bulimia puede ser definida por la frecuencia de los comportamientos compensatorios inapropiados.
Los criterios actualmente utilizados para el diagnóstico de la bulimia nerviosa son los siguientes:
A. episodios recurrentes de atracones de comida, que se caracteriza por:
1) ingestión desproporcionada de alimentos, que es definitivamente mayor que la mayoría de la gente suele comer en un intervalo de tiempo similar.
2) Sensación de falta de control a la hora de comer. El paciente se siente incapaz de parar o reducir el consumo de alimentos durante el episodio compulsivo.
B. conductas compensatorias inapropiadas que están destinadas a prevenir el aumento de peso, como vómitos inducidos, uso de laxantes, diuréticos u otras medicaciones, ayuno y ejercicio excesivo.
C. La ingesta excesiva de alimentos y las conductas compensatorias inapropiadas debe ocurrir al menos una vez a la semana durante 3 meses consecutivos.
D. influencia excesiva del peso y la forma física de la autoestima.
E. No tener anorexia nerviosa.
El paciente con bulimia nerviosa llena los 5 criterios descritos arriba. Si está bajo tratamiento y algunos de los criterios anteriores ya no existen, decimos que el paciente presenta remisión parcial del cuadro. Si después del tratamiento todos los criterios desaparecen, decimos que hubo remisión completa de la enfermedad.
El tratamiento de la bulimia suele ser hecho con la combinación de medicamentos, rehabilitación nutricional y psicoterapia. Estas tres modalidades de tratamiento necesitan semanas o incluso meses para alcanzar una respuesta satisfactoria. No hay solución rápida.
En cuanto al tratamiento farmacológico, el antidepresivo fluoxetina (Prozac®) suele ser el más utilizado.
En los casos extremos, el paciente puede necesitar hospitalización para tratar las complicaciones, principalmente la deshidratación y los disturbios hidroelectrolíticos.
Después de 10 años, cerca del 70% de los pacientes alcanzan la remisión completa de la enfermedad. Sin embargo, alrededor de 1/3 de los pacientes presentan al menos un episodio de recaída en los primeros 6 meses después de la remisión.
La bulimia nerviosa es una enfermedad grave, que necesita ser encarada con seriedad. Los pacientes además de tener una tasa de mortalidad precoz más alta que la población en general también presentan mayor incidencia de suicidio.
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