CÓMO PARAR EL SOLUCIÓN

CÓMO PARAR EL SOLUCIÓN

El hipo es el resultado de una súbita e involuntaria contracción del músculo diafragma, que se sitúa entre el tórax y el abdomen.

En la inmensa mayoría de los casos, es un problema auto-limitado, de corta duración y sin ninguna relevancia clínica. En algunas personas, sin embargo, el hipo puede ser persistente, convirtiéndose en un problema crónico y de difícil control

En este artículo vamos a explicar:

  • ¿Qué es el hipo.
  • Lo que causa el hipo.
  • Cómo parar el hipo.
  • Solución en los bebés.

¿Qué es el hipo?

El diafragma es un músculo que se encuentra entre el tórax y el abdomen, siendo el principal músculo de la respiración. Gracias al movimiento del diafragma, conseguimos llenar y vaciar nuestros pulmones con aire.

El hipo surge cuando nuestro diafragma sufre una rápida e involuntaria contracción, haciéndonos inspirar aire. Como este movimiento respiratorio es indeseado, también involuntariamente, nuestras cuerdas vocales súbitamente se cierran, impidiendo la entrada del aire, causando el conocido sonido del hipo, parecido a un estallido.

El cierre de las cuerdas vocales impide el aire de llegar a los pulmones, haciéndolo a veces ir al estómago. Por eso algunas personas tragan aire durante el hipo.

¿Cómo se clasifican los hipo?

La mayoría de los cuadros de hipo dura pocos minutos, desaparecen espontáneamente o después de algunas maniobras, como beber agua helada o sostener la respiración. En algunas personas, los hipo pueden tardar varios minutos en desaparecer.

Los solubles comunes raramente tienen algún significado clínico, no siendo necesaria la evaluación media para los mismos.

Más raramente, un episodio de hipo puede durar varias horas. Cuando el hipo tarda más de 48 horas se le llama hipo persistente. Cuando dura más de un mes, se llama hipo intratable. Tanto el hipo persistente como el intratable son habitualmente causados ​​por alguna enfermedad y deben ser siempre evaluados por un médico.

Causas de los hipo

1. Causas de hipo comunes

No sabemos exactamente por qué surgen los sollozos simples, que duran pocos minutos y desaparecen espontáneamente. Se imagina que los hipo son causados ​​por situaciones que de algún modo irritem el diafragma. En el 80% de los casos, los sollozos ocurren por espasmos sólo en la porción izquierda del diafragma. ¿Por qué esto ocurre, no lo sabemos.

Las situaciones que más frecuentemente desencadenan crisis de hipo son:

  • Comer mucho hasta quedarse con el estómago muy lleno.
  • Comer muy rápido.
  • Cambios bruscos en la temperatura del cuerpo.
  • Estrés emocional.
  • La ansiedad.
  • Tragar aire.
  • Comidas con mucha pimienta.
  • Beber refrigerantes u otras bebidas gaseosas.
  • Beber alcohol.
  • Fumar.
  • Privación del sueño.
  • Fiebre.

El porqué de las situaciones arriba funcionan como gatillo para los hipo en algunas personas, y sólo en determinados momentos, todavía es desconocido. Si usted suele presentar sollozos con frecuencia, trate de averiguar cuál es el gatillo más común para evitarlo. A veces, pequeños cambios en los hábitos, como comer con más calma, son suficientes para disminuir la frecuencia con que surgen los ataques de hipo.

2. Causas de hipo persistentes o intratables

Las soluciones que duran más de 48 horas pueden ser causadas por una variedad de factores, que generalmente se agrupan en las siguientes categorías (ítems 2.1 a 2.4):

2.1. Irritación de los nervios del diafragma.

Como cualquier músculo de nuestro cuerpo, el diafragma es controlado por nuestro cerebro, que envía sus órdenes a través del nervio frénico y del nervio vago. Las irritaciones de estos nervios pueden causar movimientos no deseados del diafragma, causando un cuadro de hipo prolongado. Las principales situaciones que pueden causar irritaciones de los nervios que sirven al diafragma son:

  • Reflujo gastroesofágico.
  • Úlceras del estómago o duodeno.
  • Tumores en la región del tórax o del cuello.
  • Bocio.
  • Faringitis o amigdalitis.
  • Irritaciones del tímpano u objetos extraños dentro del oído.
  • Neumonía.
  • Pericarditis (inflamación del pericardio, membrana que rodea el corazón).

2.2. Trastornos del sistema nervioso central

Algunas lesiones del cerebro pueden acometer el área que controla el movimiento del diafragma, llevando a hipo persistentes. Las principales causas son:

  • AVC.
  • Esclerosis múltiple.
  • La meningitis.
  • Tumores cerebrales.
  • Traumatismos craneales.

2.3. Cambios metabólicos

Los cambios en nuestro metabolismo, en los niveles de hormonas o de otras sustancias en la sangre, como los electrolitos (sales minerales) y la glucosa, también pueden llevar a cuadros de hipo prolongados. Las causas más comunes son:

  • Diabetes mal controlada.
  • Insuficiencia renal crónica.
  • Cambios en los niveles sanguíneos de potasio, sodio o calcio.
  • Alcoholismo crónico.

2.4. drogas

Algunos fármacos están asociados a crisis de hipo prolongadas, entre ellos:

  • Anestésicos usados ​​en anestesia general.
  • Los corticoides.
  • Ansiolíticos de la clase benzodiazepínicos (ej: diazepam, alprazolam y lorazepam).
  • Levodopa.
  • La nicotina.
  • Ondansetron.
  • Alfa metildopa.

¿Cómo parar el hipo?

Los sollozos comunes no se consideran problemas médicos y no necesitan tratamiento específico, ya que duran, habitualmente, pocos minutos, desapareciendo aunque no se haga nada.

Sin embargo, a nadie le gusta tener sollozos y la mayoría de la gente acaba buscando una manera de abreviar las crisis. Como los sollozos suelen ocurrir por una irritación del diafragma o de sus nervios, algunas maniobras simples, que estimulan al menos unas de esas dos estructuras, sirven para abortar las crisis.

Muchas de las soluciones caseras para los hornos realmente funcionan y presentan base científica para ello. Por ejemplo:

  • Cuando tomamos un susto, aumentamos súbitamente la liberación de una hormona llamada adrenalina, que entre cientos de otras acciones, actúa directamente en la contracción del diafragma.
  • Cuando arrestamos el aire y nos quedamos unos segundos sin respirar, el nivel de gas carbónico (CO2) en la sangre se eleva, siendo este un fuerte estímulo para que el cerebro active los nervios del diafragma, obligándolo a contraerse.
  • Cuando bebemos agua helada, el nervio vago, que actúa sobre el diagrama, pero que también inerva desde la garganta hasta el estómago, es estimulado por el brusco cambio de temperatura.

A continuación, listamos 17 consejos que pueden ayudar a acabar con el hipo:

  • Llevar un susto.
  • Recibir cosquillas.
  • Sostener la respiración.
  • Gargarejar con agua helada.
  • Beber agua helada.
  • Chupar hielo.
  • Beber agua caliente (cuidado para no ser tan caliente que pueda quemar la boca).
  • Respirar dentro de una bolsa de papel.
  • Chupar el limón.
  • Comer jengibre.
  • Trazar la lengua (tirar de la lengua hacia fuera con los dedos).
  • Tocar en la úvula (siniestra de la garganta) con un objeto, tipo un canudo.
  • Comer una cuchara llena de azúcar o miel.
  • Doblar las rodillas y abrazar las piernas, comprimiendo el pecho.
  • Beber líquidos mientras presiona la nariz.
  • Experimentar un poco de vinagre.
  • Poner los dedos en los oídos.

Cómo tratar los hongos persistentes o intratables

Los hipo que duran más de 48 horas deben ser investigados, pues fatalmente son causados ​​por algún problema médico. En estos casos, el tratamiento de los hornos pasa por el tratamiento de la causa de base. Si el paciente tiene una infección del oído, el tratamiento es con antibióticos; si tiene niveles de sodio en la sangre muy bajos, la reposición de sodio hace que el hipo se detenga; si la causa es un medicamento, se suspende el medicamento, etc.

No siempre, sin embargo, el problema detrás de los hipo persistentes es fácilmente identificable. En otros casos, la enfermedad que causa el hipo no tiene un tratamiento específico, como en los pacientes que tuvieron un accidente cerebrovascular o un accidente craneal. Por lo tanto, muchas veces el médico necesita usar algunas drogas que inhiben los hipo, sin necesariamente actuar directamente en su causa. Algunos medicamentos utilizados para detener los hongos persistentes son:

  • Clorpromazina (fármaco más usado y más estudiado para tratar los hipo).
  • Haloperidol.
  • Baclofeno.
  • La metoclopramida.
  • La gabapentina.

Otras opciones para el control de los hipo persistentes son la acupuntura y la hipnosis.

En casos extremos - muy raros, por cierto -, la cirugía puede ser necesaria, con la implantación de un estimulador eléctrico en el diafragma, parecido a los marcapasos usados ​​en el corazón.

Soluciones en bebés

Más del 80% de los bebés presentan episodios frecuentes de hipo. En realidad, los bebés empiezan a llorar aún cuando los fetos, dentro del útero. Se cree que los hipo son importantes para el desarrollo de los sistemas respiratorios de los fetos, sirviendo como ejercicios para el diafragma y otros músculos respiratorios.

Cuanto más inmaduro sea el sistema nervioso, más comunes serán las crisis de hipo. Los bebés prematuros tienen más hipo que los bebés nacidos a término, que a su vez tienen más hipo que los bebés mayores de 6 meses.

Los hipo de los bebés causan mucho más incómodo en los padres que en los propios. El bebé con hipo no siente dolor ni se enoja. Los bebés no se molestan con los hipo como los adultos.

¿Cómo evitar los hipo en los bebés?

Es imposible evitar que los bebés tengan hipo, principalmente en los recién nacidos. Sin embargo, algunos consejos ayudan a minimizar las crisis.

Los hipo en los bebés generalmente son desencadenados por la alimentación o por la disminución de la temperatura corporal. Los bebés que maman muy rápido y tragan mucho aire suelen tener más hipo. Busque dejar a su bebé siempre bien calentado y con el asa del pecho bien hecha para minimizar la aparición de los hipo. Después de la toma, déjelo en posición vertical para que se arrote y disminuya la cantidad de aire en el estómago.

No utilice los consejos para detener los hipo de los adultos en los bebés; no funcionan y todavía pueden hacer daño. No dé sustos, no presione sus globos oculares, no tire de su lengua y no apriete su fontanela. Recuerde que los bebés no se molestan con los hipo, tenga paciencia que después de unos minutos desaparecerá. Conforme el bebé va creciendo, las crisis se vuelven cada vez menos comunes.

Los hipo en los bebés sólo causan preocupación si están obstaculizando sus actividades habituales como dormir o alimentarse, o si son persistentes, no pasando después de algunos minutos. Los problemas frecuentes en los bebés de más de un año tampoco son habituales. En estos casos, mencione el hecho al pediatra que él sabrá qué hacer para averiguar si hay algún problema detrás de los hipo, como reflujo gastroesofágico, por ejemplo.


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