La dosificación de la hemoglobina glucosa, también llamada hemoglobina glicosilada, hemoglobina A1c o simplemente HbA1c, es un examen de sangre muy utilizado para el seguimiento de los pacientes diabéticos, por ser él una forma eficaz de evaluar los niveles medios de la glucosa sanguínea en los últimos 2 o 3 meses.
La dosificación regular de la hemoglobina glucosa nos ayuda a saber si el tratamiento de la diabetes está siendo eficaz para controlar la glucemia (glucemia = nivel de glucosa en la sangre), ayudando así a reducir el riesgo de complicaciones derivadas de la diabetes mellitus mal controlada, tales como ceguera, amputaciones y enfermedades cardiovasculares.
La hemoglobina glucosa también puede ser utilizada para el diagnóstico de la diabetes, aunque la glucemia en ayunas sigue siendo el examen más utilizado para ese fin.
En este artículo vamos a explicar lo que es la hemoglobina glicada, para qué sirve, cuáles son sus valores normales y lo que el paciente debe hacer cuando la hemoglobina glicada es muy alta.
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La hemoglobina es una proteína presente en nuestras hematíes (glóbulos rojos), que es la célula responsable del transporte de oxígeno por la circulación sanguínea.
En los pacientes con diabetes, principalmente en aquellos mal controlados que presentan glucemia persistentemente elevada, el exceso de glucosa acaba por facilitar la ocurrencia de un proceso llamado glicación de la hemoglobina, que no es más que la unión de las moléculas de glucosa a la hemoglobina circulante, complejo que se llama hemoglobina glucosa.
La hemoglobina tiene una vida media de 3 meses. Después de ese tiempo, es destruida junto con los hematíes en el bazo, un órgano localizado en la región superior del abdomen izquierdo. Como el proceso de glicación de la hemoglobina es irreversible, eso significa que una vez glucada, la hemoglobina así permanecerá hasta ser destruida.
Cuanto mayor sea la glucemia, mayor será la formación de hemoglobina glucosa. Por lo tanto, los pacientes con diabetes descontrolada tienen hemoglobina A1c elevada, mientras que los pacientes con diabetes bien controlada tienen valores de hemoglobina A1c dentro del rango considerado adecuado. Por lo tanto, los niveles de hemoglobina glucosa nos ayudan indirectamente a identificar cuán eficaz ha sido el tratamiento y cómo ha estado la glucemia del paciente en los últimos 2 o 3 meses.
La prueba de la HbA1c cuenta el número de células rojas de la sangre que están glucadas, es decir, ligadas a una molécula de glucosa. Si un paciente tiene una hemoglobina glucosa del 7%, por ejemplo, esto significa que 7 de cada 100 células rojas de su sangre están glucadas. En individuos no diabéticos, el valor de la hemoglobina A1c suele ser menor que el 5, 6%. En pacientes con diabetes descontrolada, la HbA1c puede llegar a valores por encima del 12%.
Imagínese la siguiente situación: un paciente poco adherente al tratamiento pasó los últimos meses sin seguir la dieta y estuvo tomando los medicamentos para la diabetes de forma irregular. En ese período, su glucosa estuvo incontrolada, muy por encima del nivel deseable. Faltando 1 semana para el examen, el paciente resuelve, entonces, adherirse a la dieta y pasa a tomar los medicamentos de forma correcta. En el día de cosechar la sangre, su glucosa en ayunas está controlada.
Si no existiera la hemoglobina glucosa, y el médico utilizara sólo el resultado de la glucosa en ayunas, podría pensar que el tratamiento de la diabetes del paciente es adecuado, ya que su glucemia en ayuno se encuentra dentro del rango deseado. Sin embargo, como la hemoglobina glucosa representa la glucemia media en los últimos 2-3 meses, es fácil para el médico identificar que, a pesar de la glucosa en ayunas adecuada el día del examen, la glucemia ha sido completamente descontrolada en los últimos meses.
Por lo tanto, actualmente, la hemoglobina glucosa es el examen más importante en el seguimiento del paciente diabético, pues es ella quien va a señalar si el tratamiento propuesto está siendo eficaz o no. En general, los médicos solicitan la dosificación de la HbA1c entre 2 y 4 veces al año, de acuerdo con las características clínicas de cada paciente.
Pero la hemoglobina A1c no sólo sirve para el seguimiento del paciente diabético. Conforme veremos más adelante, ella también puede ser utilizada como forma de diagnosticar la diabetes.
Existe una diferencia entre los conceptos de valor normal y el valor deseable de la hemoglobina A1c. El valor normal es el que ocurre en los individuos sanos, que no son diabéticos. En estos, el valor de la hemoglobina glucosa suele quedar entre 4, 0 y 5, 6%. Esta es la pista considerada normal.
Como ya se ha indicado, los pacientes portadores de diabetes mellitus presentan una tasa de glicación de la hemoglobina mucho más alta de lo normal. Por lo tanto, no se espera que la hemoglobina A1c de los pacientes diabéticos esté dentro de los valores normales. En los diabéticos, el valor deseable de HbA1c es hasta un 7%, mucho más alto, por lo que el límite del 5, 6% de los individuos no diabéticos.
El valor del 7% fue definido como ideal porque a partir de este punto las complicaciones de la diabetes empiezan a volverse más frecuentes.
Por lo tanto, los valores de la hemoglobina glucosa se interpretan de la siguiente manera:
A partir del resultado de la HbA1c, podemos también estimar cómo anduvo, en promedio, la glucemia en los últimos 2 o 3 meses. La siguiente tabla muestra la relación entre los valores de HbA1c y la media de la glucemia diaria.
HbA1c → Glicemia media
5, 0% → 97 mg / dl
5, 5% → 111 mg / dl
6, 0% → 126 mg / dl
6, 5% → 140 mg / dl
7, 0% → 154 mg / dl
7, 5% → 169 mg / dl
8, 0% → 183 mg / dl
8, 5% → 197 mg / dl
9, 0% → 212 mg / dl
9, 5% → 226 mg / dl
10, 0% → 240 mg / dl
10, 5% → 255 mg / dl
11, 0% → 269 mg / dl
11, 5% → 283 mg / dl
12, 0% → 298 mg / dl
En los últimos años se ha vuelto cada vez más común la utilización de la hemoglobina A1c como forma de diagnosticar la diabetes mellitus. Los estudios han demostrado que la HbA1c es tan confiable como la glucemia en ayunas para este fin, mientras que la hemoglobina glucosa todavía tiene la ventaja de no necesitar de ayuno para ser recogida.
Para el diagnóstico de la diabetes es necesario que el paciente tenga 2 exámenes, cosechados en días diferentes, con hemoglobina glucosa superior al 6, 5%. No basta con un examen, es necesario la confirmación.
Dos exámenes con valores de HbA1c entre 5, 7 y 6, 4% son indicativos de pre-diabetes (lea: PRE-DIABETES - Diagnóstico, riesgos y tratamiento).
Si desea saber más sobre este tema, explicamos las diversas formas de diagnosticar la diabetes en el siguiente artículo: DIAGNÓSTICO DEL DIABETES MELLITUS.
Como ya se ha explicado exhaustivamente en este artículo, el valor de la hemoglobina A1c es el resultado del control de la diabetes en las últimas 8 a 12 semanas. Si un paciente tiene una hemoglobina de glucosa elevada, especialmente si está por encima del 8%, esto es una señal de que el tratamiento debe revisarse, ya que no es eficaz.
El primer punto es confirmar si el paciente ha sido adherido a la dieta propuesta y al tratamiento medicamentoso. Muchas veces, no es el medicamento que está en la dosis equivocada, sino la adhesión del paciente al mismo. Si el paciente no hace dieta y no toma los medicamentos de la forma correcta, no hay estrategia terapéutica que pueda controlar la hemoglobina A1c.
Otro factor que debe ser explorado es la actividad física y el control del peso corporal. No siempre es necesario aumentar la dosis de los medicamentos o alterar el tipo de medicamento que el paciente usa. La pérdida de peso y la actividad física regular pueden ser suficientes para ayudar a bajar los valores de la HbA1c.
La hemoglobina glucosa es un examen bastante confiable, pero algunas situaciones pueden causar elevaciones en sus valores, como por ejemplo: alcoholismo, insuficiencia renal o anemia por deficiencia de hierro, vitamina B12 o ácido fólico.
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