El estreñimiento intestinal, también conocido como estreñimiento o estreñimiento, es un cuadro que ocurre cuando el paciente evacua con dificultad y poca frecuencia, generalmente menos de 3 veces por semana y con necesidad de hacer grandes esfuerzos para que las heces consigan pasar.
El estreñimiento intestinal puede ser agudo, cuando es un evento aislado y de corta duración, o crónica, cuando es persistente y dura meses o incluso años. Casi todo el mundo ha tenido al menos un episodio de estreñimiento agudo durante la vida, y una de cada seis personas sufre de estreñimiento crónico.
De forma sencilla, podemos decir que el estreñimiento es una dificultad para evacuar, que hace que la persona se quede varios días sin conseguir ir al baño. Sin embargo, no siempre la frecuencia de evacuaciones aisladamente es un parámetro confiable para decir que alguien tiene constipación.
En general, consideramos normal que un individuo evacue con frecuencias que varían de 3 veces al día hasta 3 veces por semana. Por lo tanto, siguiendo esta lógica, el constipación sería diagnosticado siempre que alguien se defeca menos de 3 veces por semana.
Sin embargo, una definición tan simplista no funciona de forma universal. Uno de los motivos es el hecho de que la frecuencia de las evacuaciones generalmente es subestimada por el propio paciente. Si el individuo no hace un diario personal relatando sus evacuaciones, difícilmente él puede definir adecuadamente el número de veces que defeca durante la semana.
Otro problema es la interpretación que cada uno da al término constipación intestinal. Los estudios realizados con pacientes que se quejan de estreñimiento demostraron que hasta el 60% de los que se clasifican como constipados logra evacuar diariamente o casi diariamente. Estos individuos, en la mayoría de las veces, se quejan, en realidad, de esfuerzo en la defecación y / o sensación de defecación incompleta. Una evacuación de pequeño volumen y con heces en bolitas también puede ser una señal de pesebre (lee: Muco en las heces, heces verdes, heces en bolita y otros cambios en la apariencia de las heces).
A la vista de ello, resulta fácil entender por qué una definición exacta del término constipación intestinal no es tan simple como parece. El estreñimiento puede tener un significado diferente para las personas diferentes. Para muchos, el estreñimiento significa simplemente evacuaciones poco frecuentes o en poca cantidad. Para otros, constipación significa heces duras, dificultad para hacer las heces pasar (a menudo con dolor y sangrado anal) o una sensación de vaciamiento incompleto después de la evacuación.
Para estandarizar el término, un grupo formado por varios expertos internacionales elaboró criterios para el diagnóstico de estreñimiento, que se hizo conocido como criterios de Roma III para estreñimiento.
Por lo tanto, el diagnóstico del estreñimiento intestinal debe basarse en la presencia, por lo menos tres meses, de los tres criterios siguientes:
→ Criterio 1: Por lo menos 1 de cada 4 evacuaciones deben presentar dos de los siguientes:
→ Criterio 2: La necesidad del uso de laxantes para tener deposiciones sueltas.
→ Criterio 3: Ausencia de criterios para el síndrome del intestino irritable (léase: síndrome de intestino irritable).
El estreñimiento ocurre siempre que el transito intestinal se encuentra lentificado, haciendo que las heces permanezcan por más tiempo que lo necesario en el intestino, lo que las hace resecadas y duras. En general, en el paciente con quejas de constipación intestinal, el transito intestinal se muestra normal durante el paso de las heces en el intestino delgado, pero se vuelve lento al llegar al colon o en la región anorrectal.
Las causas para esta lentitud del tránsito intestinal son diversas, variando desde situaciones simples, como poca ingestión de agua y dieta pobre en fibras, hasta casos más graves, como tumores del intestino o enfermedades neurológicas. En la mayoría de los casos, el estreñimiento no es un signo de una enfermedad grave, siendo muy común que no haya una causa claramente identificable. Estos casos de estreñimiento crónico y sin causa aparente se clasifican como constipación intestinal idiopática o funcional.
Entre las causas posibles de estreñimiento, cabe citar:
Enfermedades orgánicas que pueden provocar estreñimiento:
Medicamentos que pueden causar constipación intestinal:
El estreñimiento en mujeres jóvenes y sanos suele no tener una causa grave detrás y, la mayoría de las veces, no necesita una investigación médica muy profunda. Por otro lado, el estreñimiento intestinal en ancianos debe ser evaluado con más cuidado, pues puede ser la primera señal de un tumor del colon o del recto. Los ancianos también suelen ser medicados con múltiples drogas, pudiendo ser una de ellas el origen de su estreñimiento.
Los síntomas del estreñimiento intestinal son aquellos utilizados en los criterios de Roma III. Esto significa, por lo tanto, que usted puede tener estreñimiento incluso sin quedarse varios días sin evacuar.
Tener heces rígidas o en bolitas, tener que hacer mucha fuerza para conseguir defecar, sentir que hay un bloqueo en la región rectal que impide la evacuación, sensación de no poder vaciar completamente su recto y necesidad de usar las manos o dedos para facilitar la salida de las heces son todos signos de estreñimiento. Evacuar menos de 3 veces durante la semana también es un fuerte indicador de constipación, pero solo no es suficiente para cerrar el diagnóstico.
Es bueno destacar que si un individuo se queda 1, 2 o hasta 3 días sin evacuar, pero cuando lo hace, las heces están bien moldeadas, blandas, húmedas y no requieren esfuerzo alguno para salir, eso no significa que tenga estreñimiento. Es sólo un patrón diferente de la evacuación, que es perfectamente normal.
Hay un mito muy propagado en los medios de comunicación que dice que lo normal es evacuar todos los días; que no evacuar diariamente hace que el cuerpo absorba las impurezas y toxinas de las heces, causando enfermedades, problemas de piel y envejecimiento precoz. Eso no existe. El resultado de esta falsa propaganda es un consumo innecesario, ya veces exagerado, de laxantes por parte de individuos que tienen un ritmo intestinal perfectamente aceptable. Y lo peor, el propio uso constante de laxantes por largos períodos puede llevar al estreñimiento. Resumiendo, un paciente que no tiene estreñimiento (o la tiene de forma leve) es llevado a creer que lo tiene estreñimiento severo, pasa a hacer uso de una medicación que no necesita y, a largo plazo, acaba desarrollando o agravando el problema que quería evitar desde el principio.
El estreñimiento puede causar básicamente dos tipos de complicaciones. La primera, que se deriva del esfuerzo y de la dificultad de hacer pasar las heces, es el desarrollo de lesiones en la región anal, que varían desde hemorroides, fisura anal hasta el prolapso del recto.
El segundo problema es el impacto de las heces en la ampolla rectal. Si las heces se quedan muy duras y secas y forman un gran volumen, crean lo que la gente llama fecaloma, quedando impactadas en el recto, sin posibilidad de ser eliminadas sin ayuda mecánica, sea de los dedos oa través de un enema.
LEA TAMBIÉN:La utilización de los criterios de Roma III es suficiente para el diagnóstico del estreñimiento intestinal en la mayoría de los casos. Sin embargo, el médico debe estar atento a algunas señales que pueden indicar que el estreñimiento es un síntoma de alguna otra enfermedad, como trastornos metabólicos o un tumor del intestino. En estos casos, no basta con diagnosticar el estreñimiento, hay que identificar su causa.
En personas jóvenes y sanos, principalmente mujeres, y sin ninguna otra queja o hallazgo al examen físico, no hay que hacer ninguna gran investigación. En general, medidas simples, como reeducación alimentaria, aumento del consumo de fibras, consumir más agua y practicar ejercicios ayudan en el control del estreñimiento. Por otro lado, en personas de más de 50 años, la existencia de pérdida de peso involuntaria, anemia, sangrado en las heces, inicio repentino del estreñimiento, alternancia de diarrea con estreñimiento, etc., suele ser una señal que puede haber algo detrás del estreñimiento.
Para la investigación del estreñimiento, además del toque rectal, el médico puede solicitar una colonoscopia o retossigmoidoscopia, que son exámenes que permiten la visualización del interior del colon y del recto, en busca de lesiones que puedan ser el origen del estreñimiento. (lea: CÓMO ES EL EXAMEN DE COLONOSCOPIA?).
La evaluación del funcionamiento del músculo del esfínter anal se puede realizar a través de la manometría anorrectal. En este procedimiento, el médico inserta un fino tubo flexible en el recto y luego infla un pequeño globo en la punta del tubo. Este procedimiento permite medir la coordinación de los músculos alrededor del ano en el momento de la evacuación, para aclarar si la dificultad para defecar es debido a alguna debilidad o incoordinación de la musculatura.
El estudio de tránsito en el colon es un procedimiento para evaluar la velocidad del tránsito intestinal. En este estudio el paciente traga una cápsula conteniendo 24 marcadores que se dispersan a lo largo de los intestinos y pueden ser identificados a través de radiografías simples del abdomen. El paciente después de 6 días hace una radiografía del abdomen para saber cuántos marcadores todavía están presentes y cuántos ya han sido eliminados. La identificación de por lo menos 5 marcadores presentes en el colon después de los 6 días es un signo de lentitud del tránsito intestinal.
El tratamiento inicial del estreñimiento debe ser siempre con alteraciones de la dieta, incluyendo mayor consumo de fibras, frutas, verduras y verduras. Granola, cereales enriquecidos con fibras, salvado de trigo, papaya, kiwi y ciruela negra son alimentos que pueden ayudar bastante en el estreñimiento. Las carnes y los carbohidratos pueden tener el efecto opuesto. Otro punto esencial es aumentar el consumo de agua. Por lo menos 1, 5 litro de agua debe ser ingerido a lo largo del día.
Una forma de aliviar el estreñimiento, que suele ser descuidada, es la práctica de ejercicios físicos. La actividad física regular mejora el funcionamiento de la musculatura intestinal y abdominal, además de estimular la propia motilidad del colon.
Entre los laxantes naturales, el psyllium, policarbofil de calcio y la metilcelulosa son los más indicados. Estos productos son fibras capaces de absorber gran cantidad de agua, lo que forma un bolo fecal grande y húmedo, ideal para ser expulsado en el momento de la defecación.
También es importante explicar al paciente que el mismo debe evacuar siempre que tenga voluntad. El estar sosteniendo las heces aumenta el tiempo que las mismas quedan en el intestino, hecho que favorece la absorción de agua del bolo fecal, haciéndolo cada vez más resecado y rígido.
Laxantes para el estreñimiento
Si las medidas anteriores no surten efecto, el uso de laxantes puede estar indicado. Es bueno recordar, sin embargo, que el uso abusivo de laxantes a largo plazo puede perpetuar el estreñimiento, haciendo la resolución del problema más difícil. Los laxantes son para ser usados de vez en cuando, en períodos de mayor necesidad. Si usted necesita recurrir a los laxantes de forma regular, lo ideal es buscar ayuda de un gastroenterólogo en vez de quedarse automedicando de forma continua.
Entre las opciones de laxantes, las más usadas son la lactulosa, sorbitol, aceite mineral, bisacodil (lacto purga o dulcolax) y senna. En los casos más resistentes, supositorios de glicerina o bisacodil, o enemas pueden ser tentados.
Si no es así, la desimpactación manual es el siguiente paso. Muchas veces, el paciente forma un pastel de fecaloma tan grande y duro, que es físicamente imposible del mismo ser eliminado sin ser fragmentado de forma mecánica antes.
La paroniquia, llamada popularmente de panadería o unero, es una inflamación de la piel alrededor de la uña, generalmente de origen bacteriano, que surge después de heridas en esta región. La paroniquia puede ser aguda, con una duración de pocos días, o crónica, con una duración de varias semanas. En este
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