DEGENERACIÓN MACULAR - Causas y Síntomas
La degeneración macular relacionada con la edad, a menudo llamada DMRE, es una enfermedad que causa pérdida de visión. Se afecta principalmente a la visión central, de modo que las cosas en el centro parecen estar borrosas.
La DMRE es un problema que ocurre predominantemente entre las personas mayores de 65 años.
¿Qué es la degeneración macular relacionada con la edad?
Los cambios significativos han surgido en los últimos años en el escenario de la Oftalmología. La progresiva alteración de las características de la pirámide poblacional elevó significativamente la proporción de individuos mayores de 50 años en nuestro país. Aspectos sociales y económicos actuales asociaron ese aumento de la expectativa de vida a un mantenimiento de esos individuos en la franja de la población económicamente activa.
Estos individuos están bajo un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad conocida como degeneración macular relacionada con la edad - DMRE.
La degeneración macular es una enfermedad compleja que comprende cambios progresivos de la retina, estructura localizada en el fondo del ojo, responsable de la captación de los estímulos luminosos y transformación en señal eléctrica para el cerebro. La mácula, porción central de la retina, responsable de la visión central y de detalles, es la principal región acometida.
La degeneración macular es la principal causa de ceguera irreversible en los países desarrollados, y esta tendencia se ha revelado también en nuestro país. Se alcanza el 8% de los individuos mayores de 50 años, con un aumento exponencial con el avance de la edad, afectando a 2/3 de la población de más de 90 años.
Además de la edad, otros factores de riesgo son:
- Historia familiar
- Piel clara
- Tabaquismo (lea: CÓMO Y POR QUE PARAR DE FUMAR CIGARRO)
- Hipertensión arterial (lea: SINTOMAS Y TRATAMIENTO DE LA HIPERTENSIÓN)
- Obesidad (lea: OBESIDAD Y SÍNDROME METABÓLICO)
- Bajo consumo de vitaminas
- Enfermedad cardiovascular
- Exposición solar
La buena noticia es que el reciente aumento de la incidencia de degeneración macular fue acompañado por una sensible evolución en los métodos diagnósticos y, principalmente, en el tratamiento de esta enfermedad.
La forma más común, y menos grave, de degeneración macular es la forma seca. Esta se caracteriza por la acumulación de residuos del metabolismo celular de la retina, que se depositan en forma de drusas y que, aliado a grados variables de atrofia del tejido retiniano, causan una pérdida visual central, de progresión lenta, pudiendo dificultar la realización de algunas actividades como leer y escribir o la identificación de rasgos de fisonomía.
El diagnóstico es hecho por el médico oftalmólogo a través de una evaluación cuidadosa de los síntomas y examen detallado de la retina, que se realiza a través de la identificación de las lesiones características después de la dilatación de las pupilas, comúnmente con la ayuda de exámenes complementarios. En esta etapa, es importante la detección precoz y la definición adecuada del momento en que el individuo debe recibir suplementación vitamínica específica para disminuir el riesgo de evolución hacia la forma grave de la enfermedad, conocida como forma húmeda.
La forma húmeda acomete cerca del 10% de los individuos con degeneración macular y ocurre cuando, además de las alteraciones de la forma seca, surgen también hemorragias y acumulación de líquido debido al surgimiento de vasos sanguíneos anormales bajo la retina. En ese momento, hay una pérdida visual de progresión rápida o incluso súbita.
Hasta hace pocos años, los tratamientos disponibles para la forma húmeda de la degeneración macular presentaban baja eficacia y era frecuente ver a pacientes en plena actividad útil sufrir pérdida visual progresiva, con gran limitación de su calidad de vida. Hoy, las nuevas medicaciones comúnmente aplicadas en forma de inyecciones intraoculares, propiciaron la interrupción de la pérdida visual o incluso la recuperación visual. Para ello, el diagnóstico precoz de la forma húmeda, más rara y más grave, es de gran importancia, para inmediata institución del tratamiento, a fin de que se reduzca el riesgo de pérdida permanente de visión.
Numerosas investigaciones científicas en el campo de la degeneración macular están en marcha. Muchas implican la identificación en cada paciente de genes que podrían estar asociados a la enfermedad. Este trabajo puede ser muy útil en la prevención y tratamiento de la degeneración macular, tanto para el paciente y para sus familiares.
Concluimos que a pesar de la gravedad y creciente incidencia de la degeneración macular, esta enfermedad es aún desconocida por la mayoría de las personas, y por lo tanto la concientización de la importancia del diagnóstico y de los nuevos recursos de tratamiento es de especial utilidad.
Este texto es de autoría del Dr. Flávio MacCord.
Especialista en Retina Clínica y Cirúrgica por la Universidad de São Paulo, Maestría en Ciencias Médicas por la Universidad de Campinas, miembro de la Sociedad Brasileña de Oftalmología y médico oftalmólogo de la Clínica São Vicente, Río de Janeiro.
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