Leptospirosis es una enfermedad zoonótica, o una enfermedad de transmisión por los animales, causadas por la bacteria Leptospira interrogans. (lea también: ENFERMEDADES CAUSADAS POR BACTERIAS)
La leptospirosis es una enfermedad que ocurre en todo el mundo - excepto en los polos - pero tiene mayor incidencia en los trópicos. Acomete personas de todas las edades y es más común en las poblaciones con peores condiciones de saneamiento básico.
La leptospirosis es una enfermedad de animales mamíferos, principalmente roedores. También puede llegar a perros y gatos domésticos, además de animales de cría, como ganado, caballos, cerdos, ovejas, etc.
El animal contaminado elimina la bacteria en su orina, contaminando el suelo y el agua. Los interrogans bacteria Leptospira son capaces de sobrevivir mucho tiempo en ambientes húmedos, sin embargo, mueren rápidamente en ambientes secos.
Un mito urbano muy difundido es el de la transmisión de leptospirosis en latas de refresco o cerveza. Esta es una vía poco común, ya que una vez que las latas están secas, la bacteria se vuelve inviable. Sin embargo, este modo de transmisión es posible si las latas, después de contacto con la orina infectada, permanecen almacenadas en lugares húmedos hasta el momento del consumo.
Entre los humanos, la principal fuente de transmisión son las ratas de alcantarilla. La infección ocurre generalmente después del consumo de líquidos y alimentos y también por contacto directo de la piel - principalmente si hay heridas - con agua contaminada por la orina de estos roedores. Cuanto más prolongado sea el contacto con la piel, mayor será el riesgo de contagio.
No hay informes de transmisión de humano a humano, es decir, el contacto con la orina de otras personas no transmite leptospirosis.
En las regiones más pobres, la mayoría de las infecciones se producen a través del contacto con aguas de lluvia e inundaciones contaminadas por orina de ratas. La ineficacia o inexistencia de red de alcantarillado y drenaje de aguas pluviales, la recolección de basura inadecuada y las consecuentes inundaciones son condiciones favorables a las epidemias.
Es posible tomar leptospirosis al nadar en ríos y lagos de agua dulce, si las mismas están contaminadas. En la playa la contaminación es poco probable debido al alto contenido de sal del agua que mata a la bacteria (lea también: ENFERMEDAS TRANSMITIDAS POR EL AGUA).
Como ocurre en varias otras enfermedades infecciosas, el cuadro clínico de la leptospiras varía mucho de individuo a individuo. El paciente puede presentar desde casi ningún síntoma hasta un cuadro grave con riesgo de muerte.
El período de incubación puede variar de 2 a 30 días. El promedio es 10 días de intervalo entre la contaminación y el inicio de los síntomas de la leptospirosis.
Más del 75% de los pacientes presentan fiebre alta con escalofríos, dolor de cabeza y dolor muscular. 50% presentan náuseas, vómitos y diarrea. Un hallazgo típico de la leptospirosis es la hiperemia conjuntival (ojos acentuadamente rojizos).
Otros síntomas de la leptospirosis posibles incluyen tos, faringitis, dolor articular, dolor abdominal, signos de meningitis, manchas por el cuerpo y aumento de los ganglios, bazo e hígado.
Como los síntomas de la leptospirosis son similares a los de varias otras enfermedades febriles, el dato más importante para su diagnóstico es la exposición reciente a situaciones de riesgo, como inundaciones o contacto con agua de pozos, fosas, alcantarillas y alcantarillado.
La mayoría de los pacientes mejora en una semana. Algunas veces la evolución de la enfermedad es bifásica, con alguna mejora por 2 o 3 días seguido de nuevo empeoramiento de los síntomas.
La mayoría de los casos de leptospirosis presentan una evolución benigna, mientras que en el 10% la evolución es más grave, complicando con insuficiencia renal aguda (lee: ENTENDA LA INSUFICIENCIA RENAL AGUDA), hemorragias, insuficiencia hepática e insuficiencia respiratoria.
Los pacientes que complican suelen presentar signos de ictericia (piel amarillenta) después del tercer día de enfermedad (lea: ICTERÍCIA EN EL ADULTO E ICTERICIA NEONATAL), una señal de que el hígado empieza a fallar.
El diagnóstico de la leptospirosis normalmente se realiza a través de la serología, un simple examen de sangre.
La inmensa mayoría de los casos de leptospirosis es autolimitada y la cura es espontánea. Por lo tanto, se suele tratar con sintomáticos e hidratación. Cuando el diagnóstico se realiza en los 4 primeros días, se pueden usar antibióticos, como penicilinas, tetraciclina (o doxiciclina) y eritromicina, que reducen el tiempo de enfermedad y el riesgo de complicaciones.
Las aspirinas y antiinflamatorios deben ser evitados, ya que los mismos aumentan el riesgo de hemorragia (lea: ACCIÓN Y EFECTOS COLATERALES DE LOS ANTI-INFLAMATORIOS y ASPIRINA | AAS | Indicaciones y efectos colaterales).
En los casos más graves puede ser necesario internamiento en UTI (lea: ENTENDA LO QUE ACONTECE CON LOS PACIENTES EN LA UTI) e institución de tratamientos más agresivos como ventilación mecánica y hemodiálisis (lea: QUÉ ES HEMODIÁLISIS? COMO ELA FUNCIONA?).
La vacuna no confiere inmunización permanente y sólo está indicada en personas con trabajos de riesgo, como limpiadores de alcantarillas y fosas.
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