MIELOMA MÚLTIPLE - Síntomas y Tratamiento

MIELOMA MÚLTIPLE - Síntomas y Tratamiento

El mieloma múltiple, la leucemia, el linfoma y el síndrome mielodisplásico son las principales causas de cáncer que afectan a las células de defensa de la sangre, llamadas popularmente de glóbulos blancos (lee: CÁNCER - SÍNTOMAS Y DEFINICIONES).

En este artículo vamos a abordar exclusivamente el mieloma múltiple. Si usted busca información sobre otros tipos de cáncer de la sangre, visite los siguientes artículos:

  • ¿QUÉ ES UN LINFOMA?
  • LEUCEMIA - Síntomas y Tratamiento.
  • SÍNDROME MIELODISPLÁSICO - Mielodisplasia (SMD).

El mieloma múltiple corresponde al 1% de todos los cánceres y al 10% de los cánceres sanguíneos. Su incidencia en la población general es de aproximadamente 5 casos por cada 100.000 habitantes. El mieloma es una enfermedad típica de los ancianos, sólo el 2% de los casos ocurren antes de los 40 años y menos del 10% antes de los 50 años. El mieloma es dos veces más común en los negros que en los blancos.

¿Qué es el mieloma múltiple?

Lea los próximos párrafos con calma, pues su entendimiento es esencial para la comprensión de los síntomas y de las alteraciones de laboratorio de la enfermedad.

El mieloma múltiple es el cáncer de una célula llamada plasma, que es la célula responsable de la producción de los anticuerpos, llamados también inmunoglobulinas o gammaglobulinas.

Siguiendo los mismos mecanismos de cualquier cáncer, en el mieloma, mutaciones genéticas hacen que el organismo pierda el control de la producción de plasmocitos, que pasan a multiplicarse indefinidamente. El resultado es una acumulación de células plasmáticas malignas en la médula ósea, órgano responsable de la producción de todas las células de la sangre, y una consiguiente producción excesiva de anticuerpos.

Existen 5 tipos de anticuerpos:

- IgG - Inmunoglobulina o gammaglobulina G.
- IgA - Inmunoglobulina o gammaglobulina A.
- IgM- Inmunoglobulina o gammaglobulina M.
- IgD - Inmunoglobulina o gammaglobulina D.
- IgE - Inmunoglobulina o gammaglobulina E.

Dependiendo del tipo de plasmocito que sufre la mutación maligna, tendremos la hiperproducción del clon de uno de estos tipos de inmunoglobulina (anticuerpo). Por ejemplo, en el llamado mieloma IgG, tenemos la proliferación de plasmacitos productores del anticuerpo IgG, lo que lleva a la producción excesiva de clones de inmunoglobulina G.

El tipo de mieloma múltiple más común es secretor de IgG seguido, en orden decreciente, por los mielomas productores de IgA e IgM. Los mielomas secretores de IgD o IgE son raros.

El mieloma secretor de IgM recibe el nombre de Macroglobulinemia de Waldenström y presenta algunos aspectos clínicos diferentes del mieloma múltiple. Hablamos específicamente de la Macroglobulinemia de Waldenström en un artículo aparte que será escrito brevemente.

Estos clones de anticuerpos producidos en el mieloma múltiple se llaman paraproteínas o proteínas M. A través de análisis de sangre estas paraproteínas pueden ser detectadas (explico más adelante como se hace el diagnóstico). La existencia de proteínas M, es decir, de clones de anticuerpos, recibe el nombre de gamopatia monoclonal.

Por lo tanto, cada vez que detectamos un número elevado de anticuerpos en la sangre, siendo todos ellos exactamente igual, es decir, clones, estamos ante una gamopatia monoclonal.

Es importante entender la diferencia entre anticuerpos monoclonal y policlonal. En casos de infecciones o procesos alérgicos también podemos tener elevación de los anticuerpos, estos sin embargo, no son todos un solo clon, pues son producidos por diferentes plasmócitos. En este caso tenemos una gammapatía policlonal, que es una respuesta normal del organismo a procesos infecciosos.

Síntomas del mieloma múltiple

La médula ósea, responsable de la producción de las células de la sangre, se encuentra en el interior de los huesos. Como una de las características del mieloma múltiple es la proliferación sin control de los plasmócitos dentro de la médula, una de las principales manifestaciones clínicas del mieloma es la lesión de los huesos.

El mieloma múltiple suele acometer varios huesos diferentes de nuestro esqueleto, principalmente aquellos que poseen médula ósea en su interior. Los principales ejemplos son:

- Columna vertebral.
- Cráneo.
- Cadera.
- Costillas.
- Fémur (hueso del muslo).
- Úmero (hueso del brazo).

Las lesiones óseas causadas por el mieloma pueden presentarse como fracturas, que surgen muchas veces de forma espontánea o después de mínimos traumas. También son comunes cuadros similares a la osteoporosis o erosiones focales parecidas a metástasis de otros cánceres para huesos, conocidas como lesiones líticas (lea: OSTEOPOROSIS - Síntomas, Causas y Tratamiento).

Por lo tanto, como la lesión de los huesos es muy común, el principal síntoma del mieloma suele ser el dolor óseo. Cuando el hueso acometido es una o más vértebras de la columna vertebral, puede haber colapso de la vértebra y compresión de la médula nerviosa (no confundir con la médula ósea). Como consecuencia, además del dolor lumbar, el paciente también puede presentar debilidad y pérdida de la sensibilidad en los miembros inferiores.

La destrucción de los huesos provoca un aumento de la liberación del calcio a la sangre provocando su elevación. Al calcio elevado en la sangre damos el nombre de hipercalcemia. Los niveles de calcio sanguíneo por encima de 15 mg / dl ponen la vida en riesgo y pueden cursar con síntomas tales como: vómitos, exceso de orina (lea: URINA EN EXCESO), alteraciones neurológicas, letargia y coma.

El compromiso de los riñones, que provoca insuficiencia renal (lea: INSUFICIENCIA RENAL AGUDA e INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA), es una de las principales manifestaciones del mieloma múltiple. La lesión de los riñones ocurre principalmente debido a la lesión de los túbulos renales por las inmunoglobulinas, por la hipercalcemia o por invasión de los riñones por los plasmócitos malignos.

Otra complicación común del mieloma múltiple es la anemia. Con la médula ósea completamente invadida por los plasmocitos, ocurre una progresiva reducción en la producción de otros linajes de células sanguíneas, como las hematíes (glóbulos rojos), lo que acaba por provocar la anemia (lea: SÍNTOMAS DE LA ANEMIA). Siguiendo el mismo razonamiento, también podemos tener caída de las concentraciones de plaquetas y de leucocitos (glóbulos blancos).

A pesar de que hay un elevado número de anticuerpos circulantes, en la gamopatia monoclonal, son ineficaces en contra de las infecciones. El organismo pierde la capacidad de crear anticuerpos específicos contra cada invasor y mantiene la producción de un solo clon de inmunoglobulinas. Por eso, a pesar de tener exceso de anticuerpos, el paciente con mieloma múltiple es un individuo más susceptible a infecciones.

En resumen, el cuadro típico del mieloma es el de un paciente con más de 65 años, con dolor óseo, normalmente lumbar, asociado a un cuadro de anemia sin causa aparente, pudiendo o no tener alteraciones en el funcionamiento de los riñones.

Diagnóstico del mieloma múltiple

A través de análisis específicos de sangre y orina es posible identificar la presencia de los clones de anticuerpos. Esta investigación se realiza mediante una prueba llamada electroforesis de proteínas con inmunofijación.

Algunos marcadores sanguíneos también suelen estar elevados en el mieloma múltiple, tales como el VHS, el LDH y la Beta 2-microglobulina (lea: EXAMEN DE SANGRE | VHS, PCR, LDH, Ferritina y CK). Es importante destacar que estos exámenes de sangre son inespecíficos y pueden estar alterados en varias otras enfermedades que no el mieloma.

Las radiografías de cadera, columna, cráneo y tórax consiguen detectar las lesiones óseas del mieloma y suelen formar parte del proceso de diagnóstico. La dosificación de la creatinina sanguínea también es útil, ya que ayuda a identificar lesiones de los riñones (lea: EXAMEN DE LA CREATININA Y UREA).

Biópsia de médula ósea

Si los exámenes anteriores sugieren la existencia del mieloma, el paciente debe ser encaminado a un médico hematólogo para realizar la biopsia de la médula ósea, que es el examen que proporciona el diagnóstico definitivo del mieloma. Si en la biopsia se demuestra que más del 10% de las células de la médula están compuestas por plasmacitos, el diagnóstico de mieloma múltiple está confirmado.

Tratamiento del mieloma múltiple

No existe cura para el mieloma múltiple. El tratamiento tiene como objetivo el alivio de los síntomas, la mejora de la calidad de vida y el aumento del tiempo de supervivencia.

Las opciones de tratamiento más utilizadas son:

- Quimioterapia, normalmente con un fármaco llamado Melfalan.
- Corticoides, como la dexametasona (lea: INDICACIONES Y EFECTOS DE LA PREDNISONA Y CORTICOIDES).
- Talidomida o Lenalidomina.
- Trasplante de médula ósea.

La supervivencia del paciente con mieloma es, en promedio, de 5 años para los casos detectados inicialmente, y de 2 años para los casos más avanzados.

En algunos casos, la producción de inmunoglobulinas es tan intensa que deja la sangre espesa, siendo necesario realizar sesiones de plasmaféresis, que es un procedimiento que reduce la concentración de células en el plasma (lee: ENTENDA LO QUE ES PLASMAFÉRESE).


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