La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o simplemente EPOC, es el término usado para un grupo de enfermedades pulmonares caracterizado por obstrucción crónica de las vías aéreas dentro de los pulmones. Dentro de este grupo, dos enfermedades se destacan por ser responsables de casi todos los casos de EPOC en la práctica médica:
- Bronquitis crónica.
- Enfisema pulmonar.
Para entender lo que es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica es necesario primero tener nociones básicas de la anatomía y del funcionamiento de los pulmones.
Cuando inspiramos, el aire entra por nuestras vías aéreas superiores y llega a la tráquea. Esta bifurca, formando los bronquios principales, cada uno yendo en dirección a un pulmón. Conforme avanzan hacia el interior de los pulmones, los bronquios se ramifican en segmentos menores, llamados bronquíolos, que, a su vez, terminan en los alvéolos.
Los alvéolos son microestructuras en forma de bolsas, altamente vascularizadas, responsables de los cambios gaseosos. La sangre que llega a los alvéolos recibe el oxígeno inspirado y entrega de vuelta gas carbónico para ser exhalado en la expiración.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica se caracteriza por una limitación del paso de aire por las vías respiratorias dentro de los pulmones, principalmente durante la expiración. El aire consigue entrar, pero presenta dificultad para salir, quedando atrapado dentro de los pulmones. Este aprisionamiento del aire ocurre por la destrucción del tejido pulmonar y pérdida de la elasticidad de los bronquíolos y alvéolos, que acaban por colapsar durante la fase espiratoria del ciclo respiratorio.
La destrucción de los bronquios y alvéolos también es responsable de la pérdida de capacidad del pulmón en realizar los cambios gaseosos, haciendo que el paciente no pueda aprovechar el oxígeno respirado, ni expulsar adecuadamente el gas carbónico (CO2) producido.
La EPOC suele ser una enfermedad progresiva causada por una respuesta inflamatoria anormal de los tejidos pulmonares después de la exposición crónica a partículas o gases nocivos, como el humo, por ejemplo. Alrededor del 20% de los fumadores desarrollan EPOC. Otras causas más raras de EPOC incluyen enfermedades genéticas como deficiencia de alfa-1-antitripsina, exposición crónica al polvo tóxico como en los casos de minería de carbón, humo de soldadura o humo de fuego.
A diferencia de los cuadros de asma común cuya obstrucción sólo existe durante los períodos de crisis, la obstrucción del EPOC es constante e irreversible. La bronquitis es un término que significa inflamación de los bronquios. En el asma, la bronquitis es aguda y reversible. En el EPOC es crónica y permanente. Sin embargo, es muy común que estos pacientes presenten episodios de asma sobrepuestos a su enfermedad, es decir, una bronquitis aguda sobre un cuadro de bronquitis crónica.
a) Bronquitis crónica
En la bronquitis crónica la lesión pulmonar se localiza en los bronquios y bronquíolos, haciéndolos crónicamente inflamados, espesos y con constante producción de moco. El paciente con bronquitis crónica presenta además de los síntomas de falta de aire y cansancio, un cuadro de tos crónica con expectoración.
b) Enfisema pulmonar
El enfisema se caracteriza por la destrucción y ensanchamiento de los bronquíolos terminales y alvéolos, que pierden su elasticidad y favorecen el encarcelamiento del aire dentro de los pulmones. En el enfisema notamos una hiperinsuflación mantenida de los pulmones debido al aire que nunca sale por completo.
En la práctica clínica lo que encontramos, en realidad, es un superposición entre las dos enfermedades. El paciente con EPOC puede tener un cuadro con más características de bronquitis crónica, pero presenta siempre algún grado de destrucción de los alvéolos e hiperinsuflación. Lo mismo ocurre en el enfisema, que suele tener también algún grado de producción de moco y tos crónica. Por eso, el término EPOC es más adecuado para definir la enfermedad de estos pacientes.
La mayoría de los pacientes que desarrollan EPOC presentan un historial de humo prolongado, al menos un paquete de cigarrillos al día durante 20 años (lea: CÓMO Y PORQUE PARTE DE FUMAR CIGARRO).
La enfermedad comienza normalmente a manifestarse después de los 40 años de edad. El primer síntoma perceptible suele ser tos matinal con expectoración. Sin embargo, un signo que suele pasar desapercibido por el paciente y sus familiares es el sedentarismo progresivo. Debido al cansancio y la falta de aire que los esfuerzos comienzan a producir, el paciente va progresivamente limitando sus actividades diarias, hasta el punto en que, después de algunos años, la enfermedad está tan avanzada que incluso en reposo se siente cansado y con falta de aire. Como el EPOC acomete a las personas mayores, el cansancio y la falta de aire a los esfuerzos normalmente se atribuyen al envejecimiento y al cigarrillo, no despertando mucha atención inicialmente (lea: FALTA DE AIRE (DISPENIA))
Conforme la enfermedad progresa, la tos y la expectoración empiezan cada vez más frecuentemente. La falta de aire se vuelve limitante. La producción de moco y la destrucción de los tejidos pulmonares favorecen la aparición de infecciones, como neumonía (lea: SINTOMAS DE NEUMONIA). El broncoespasmo (chiado en el pecho) comienza a ocurrir con frecuencia.
Dependiendo del tipo de EPOC predominante (bronquitis crónica o enfisema), el paciente suele presentar dos apariencias distintas.
- El enfisematoso es muy delgado, desnutrido, con la caja torácica aumentada, llamada de tórax en barril. Es un enfermo con importante hiperinsuflación del pulmón y dificultad para poner el aire hacia fuera, respirando como si estuviera siempre soplando.
- El bronquítico crónico suele ser más para el obeso, cianótico (tono rojizo de la piel por falta de oxigenación adecuada), con tos frecuente y gran producción de catarro.
Una vez más es bueno recordar que estamos hablando en extremos de un espectro de manifestaciones clínicas que pueden ocurrir en la EPOC. La mayoría de los pacientes presentan un poco de cada una de las figuras anteriores.
Conforme a la EPOC progresa, otras enfermedades pueden surgir como complicaciones. Las más comunes son:
- Depresión (lea: DEPRESIÓN - Causas, Síntomas y Tratamiento).
- Insuficiencia cardiaca (lea: INSUFICIENCIA CARDÍACA - CAUSAS Y SÍNTOMAS).
- Osteoporosis (lea: OSTEOPOROSIS - SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO).
- Hipertensión pulmonar.
- Pneumotórax (lea: ¿QUÉ ES UN PNEUMOTÓRAX?).
- Cáncer de pulmón (lea: CÁNCER DE PULMÓN - Cigarrillo y otros factores de riesgo).
- Anemia (lea: ANEMIA - CAUSAS Y SÍNTOMAS).
Conforme a la EPOC destruye el tejido pulmonar y dificulta la eliminación del aire respirado, además de la hiperinsuflación, las burbujas de aire empiezan a formarse dentro de los pulmones, pudiendo ser fácilmente identificados en la radiografía de tórax o tomografía computarizada (TC) del pulmón.
Otro examen útil en la evaluación de la EPOC es la gasometría arterial, un simple análisis de la sangre arterial que proporciona los valores de oxígeno y gas carbónico (CO2) circulantes. Como ya se ha indicado, los pacientes con EPOC presentan una baja de oxigenación y una elevada retención de CO2.
Sin embargo, el mejor examen para el diagnóstico de la EPOC es la espirometría, también llamada prueba de función pulmonar. En este examen el paciente respira a través de un pequeño tubo mientras un ordenador registra varios parámetros respiratorios que sirven para el diagnóstico de las enfermedades pulmonares. La espirometría puede detectar la EPOC en etapas iniciales, incluso antes de que el paciente experimente síntomas.
La EPOC no tiene cura, suele ser una enfermedad progresiva y es fatal en casos avanzados. Por lo tanto, aunque haya tratamiento para retardar su progresión, la única actitud realmente eficaz es la prevención, o sea, NO FUMAR.
Una vez que el paciente ya tiene EPOC, el factor individual que más ayuda a ralentizar la enfermedad es dejar de fumar inmediatamente.
La terapia medicamentosa tiene por objeto principalmente aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Los broncodilatadores inhalados como salbuterol, formoterol, ipratropio y tiotropio, entre otros, ayudan a disminuir la obstrucción de los bronquios temporalmente, facilitando el flujo de aire dentro de las vías respiratorias.
Durante los períodos de exacerbación de la enfermedad, como hay gran inflamación de las vías aéreas, el uso de corticoides por vía oral o venosa durante algunos días es importante para ayudar en la reversión de la crisis (lea: INDICACIONES Y EFECTOS DE PREDNISONA Y CORTICOIDES). Fuera de las crisis, los corticoides sólo están indicados en aquellos casos con poca respuesta a los broncodilatadores, y aún así, se administran sólo por vía inhalatoria.
Cuando las exacerbaciones son causadas por infecciones, el uso de antibióticos es imprescindible. La vacunación contra la gripe y contra el neumococo (bacteria que causa la neumonía) es importante para disminuir la incidencia de complicaciones respiratorias.
Los ejercicios de rehabilitación pulmonar son importantes para mejorar la calidad de vida y reducir el número de hospitalizaciones.
En los casos más avanzados, cuando el paciente ya presenta hipoxemia (baja de oxígeno en la sangre) persistente, el uso de oxígeno suplementario está indicado. La cantidad y el período en que el paciente debe quedar con oxígeno suplementario es decisión médica, pudiendo ser indicado sólo al dormir, durante esfuerzos o ininterrumpidamente en los casos más graves.
Los pacientes con EPOC deben evitar viajes en avión sin consentimiento médico debido a una baja concentración de oxígeno dentro de las cabinas (lea: PROBLEMAS DE SALUD EN VIAJES DE AVIÓN). En estos casos el uso de oxígeno puede ser necesario incluso para aquellos que no presentan hipoxemia relevante a nivel del mar.
Cuando las burbujas de aire se vuelven muy grandes y pasan a comprimir los pulmones, se puede indicar cirugía para removerlas.
Los casos terminales pueden ser tratados con trasplante pulmonar, si el paciente presenta condiciones clínicas para ello.
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