El embarazo ectópico es un problema que surge cuando el óvulo fecundado se implanta de forma equivocada en otras estructuras distintas del útero.
La forma más común de embarazo ectópico es el embarazo tubular, que ocurre dentro de las trompas de Falopio.
El proceso normal de formación de una gestación consiste en los siguientes pasos:
Ovulación → migración del óvulo a una de las trompas de Falopio → encuentro del óvulo con un espermatozoide → fecundación del óvulo → migración del huevo (óvulo fecundado) por la tuba uterina hacia el útero → implantación del huevo en la pared del útero.
El embarazo ectópico surge cuando algo incorrecto ocurre en los 2 últimos pasos. En el 98% de los casos, el huevo no recorre todo el camino y acaba alojándose precozmente en la pared de una de las trompas. En el 2% restante, la implantación del huevo ocurre en otras estructuras, como el ovario, el cuello del útero o la cavidad abdominal.
El embarazo ectópico es una gestación sin futuro. El huevo además de no poder desarrollarse normalmente fuera del útero, también puede causar grave lesión de las estructuras que lo rodean. Si no se trata, hay un alto riesgo de muerte. Hasta el principio del siglo XX, la mortalidad se situaba por encima del 50%. Afortunadamente, con las actuales técnicas de diagnóstico y tratamiento, la tasa de mortalidad del embarazo ectópico cayó a menos del 0, 05%.
Las gestaciones fuera del útero corresponden a alrededor del 1 al 2% de todos los embarazos. El diagnóstico suele hacerse alrededor de la 8 semanas de embarazo.
Se han identificado varios factores de riesgo, siendo algunos de ellos más importantes que otros. En la mayoría de los casos, el problema se encuentra en las trompas, que por estar inflamadas, infectadas o estructuralmente dañadas, hacen que el huevo tenga dificultad para completar su migración hacia el útero.
Vamos a citar algunos de los factores de riesgo más conocidos. En general, todos ellos, directa o indirectamente, están relacionados con infecciones o problemas anatómicos de las trompas.
En algunas mujeres, los síntomas iniciales del embarazo ectópico no son diferentes de los que ocurren en un embarazo tópico, como ausencia de menstruación, mareos, aumento de los senos, voluntad de hacer pis a toda hora, etc. Así como ocurre en las gestaciones normales, la prueba de embarazo también es positiva en el embarazo fuera del útero.
En la mayoría de los casos, sin embargo, las mujeres no presentan signos o síntomas inicialmente y ni siquiera desconfían que estén embarazadas cuando las primeras señales del embarazo ectópico surgen alrededor de las 6 a 8 semanas de gestación.
Es muy común que la paciente con embarazo ectópico busque atención médica con la siguiente tríada de síntomas:
No siempre estos tres síntomas están presentes al mismo tiempo, pero son los más comunes de una gestación ectópica.
El dolor abdominal es generalmente unilateral, pero puede ser difusa, sólo con mayor intensidad del lado de la trompa afectada. El dolor varía de moderada y gran intensidad, dependiendo del grado de evolución de la enfermedad. Si hay sangrado por la trompa, la paciente puede quejarse de dolor con irradiación al hombro o presentar intensa voluntad y dolor al evacuar. En el examen físico, se puede sentir una masa en la región inguinal (ingle).
Si hay rotura de la trompa (embarazo ectópico), el dolor abdominal se vuelve intenso, y aparecen signos de peritonitis (inflamación del peritoneo, membrana que recubre los órganos intraabdominales). En estos casos, el sangrado puede ser voluminoso y la paciente corre el riesgo de entrar en shock circulatorio.
El sangrado vaginal del embarazo ectópico suele ser leve, pero, en algunos casos, puede ser intenso. Su coloración puede ser rojo vivo o bien oscuro. El sangrado es, habitualmente, diferente del sangrado menstrual.
Es muy difícil establecer el diagnóstico de embarazo ectópico sólo por los síntomas. Generalmente, el diagnóstico se obtiene después de un examen ginecológico y una ultrasonografía transvaginal. Un beta hCG positivo, que presenta elevación de los valores más lenta de lo habitual, y la ausencia de embrión dentro del útero son consejos importantes en la investigación del cuadro (lee: ENTENDA SU BETA HCG). Cuando el embarazo es muy temprano, no siempre es fácil identificar la ubicación del embrión ectópico. A veces, es necesario esperar unos días para conseguir el diagnóstico con certeza.
Ningún embarazo ectópico tiene futuro, y el riesgo de muerte de la madre, si no se trata, es muy elevado. Por eso, todas las modalidades de tratamiento apuntan a la retirada del embrión antes de que surjan mayores complicaciones.
Hay tratamiento quirúrgico y tratamiento medicamentoso para gestación ectópica.
Si el embarazo ectópico es diagnosticado precozmente, es posible administrar drogas que impidan el desarrollo del embrión, haciendo que el mismo invoca. La droga utilizada habitualmente es el metotrexato por vía intramuscular en una sola dosis. Actualmente, alrededor de 1/3 de las gestaciones ectópicas se tratan con metotrexato.
Las indicaciones para el tratamiento medicamentoso son: un embrión con menos de 4 cm, ausencia de latido del corazón en el feto, ausencia de signos de ruptura de la trompa y beta hCG con un valor inferior a 5000 mIU / mL.
Después de la inyección, el obstetra acompaña a la gestante con dosificaciones seriadas del beta hCG. El objetivo es que los valores comiencen a caer y lleguen a cero. Si después de la primera inyección no hay respuesta, una segunda dosis de metotrexato puede ser administrada.
Históricamente el tratamiento del embarazo ectópico siempre fue hecho con cirugía para la remoción del embrión mal implantado. Actualmente, la cirugía sigue siendo el tratamiento de elección para alrededor del 60% de los casos.
En la mayoría de las situaciones, la cirugía se realiza por vía laparoscópica. El objetivo es quitar el embrión y reparar el área dañada de la trompa.
En los casos de emergencia, con voluminoso sangrado o ruptura de la trompa, la cirugía abierta tradicional es la forma más indicada. No siempre es posible reparar la trompa, y la misma puede tener que ser removida para controlar la situación. Incluso con la retirada de la trompa, la mujer puede quedar embarazada posteriormente si la trompa del otro lado está sana.
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