Linfoma es la enfermedad que surge cuando las células de nuestro sistema linfático sufren transformaciones malignas, o sea, se ven cáncer.
Hay dos tipos de linfoma, que se llaman linfoma Hodgkin y linfoma no Hodgkin.
En este texto vamos a explicar los siguientes puntos sobre el linfoma:
El linfoma, el mieloma múltiple, la leucemia y el síndrome mielodisplásico son las principales causas de cáncer que surgen en las células de defensa de la sangre, llamadas popularmente de glóbulos blancos.
- Para leer sobre mieloma múltiple: MIELOMA MÚLTIPLE.
- Para leer sobre leucemia: LEUCEMIA.
- Para leer sobre síndrome mielodisplásico: SÍNDROME MIELODISPLÁSICA - Mielodisplasia (SMD).
Sistema linfático
Para entender lo que es un linfoma y por qué es diferente de la leucemia, primero debemos conocer el sistema linfático y cuáles son las células que lo componen.
El sistema linfático es un conjunto de vasos, ganglios linfáticos y tejidos que tienen cuatro funciones básicas:
1. Eliminación de líquidos que están fuera de la circulación sanguínea. Los vasos linfáticos están esparcidos por el cuerpo así como los vasos sanguíneos. Ambos están interconectados y siempre que hay extravasación de agua fuera de los vasos sanguíneos, el sistema linfático la recoge y devuelve a la sangre.
2. Las grasas digeridas y absorbidas en los intestinos pasan por el sistema linfático antes de seguir hacia la circulación sanguínea.
3. Desarrollo y circulación de las células de defensa, llamadas linfocitos. Los linfocitos son sólo uno de los linajes de los glóbulos blancos, que entre sus funciones está la producción de los anticuerpos. Los linfocitos circulan en la sangre y en el sistema linfático.
4. Recoger y encaminar microorganismos invasores hasta los órganos linfoides para que puedan ser combatidos por nuestro sistema inmune.
Vamos a explicar:
Los vasos linfáticos transportan la linfa, un líquido blando formado básicamente de plasma y glóbulos blancos. Como ya citado, estos vasos recogen el exceso de líquido que normalmente extravasa de los vasos sanguíneos y se deposita en los tejidos del cuerpo. Este líquido recogido viaja hasta la cadena de ganglios linfáticos más próximos. Los ganglios linfáticos son ricos en células de defensa y cualquier microorganismo invasor que por allá pase, es eliminado. Podemos decir que los linfocitos son la policía y los ganglios linfáticos la comisaría.
Después de esta "filtración" el líquido linfático retorna a los vasos sanguíneos.
El bazo, el timo y las amígdalas también son órganos linfáticos. Es groseramente, podemos decir que funcionan como grandes ganglios linfáticos.
Los linfomas son los cánceres de las células del sistema linfático, básicamente de los linfocitos.
Podemos decir que el linfoma es un primo de la leucemia. La diferencia está en el hecho de que el linfoma crece dentro de los órganos linfoides, como en los ganglios linfáticos o bazo, mientras que la leucemia se forma en la médula ósea, liberando sus células malignas para circular por la sangre. Si un linfocito sufre una transformación maligna en la médula ósea, donde se produce, se convierte en leucemia. Si esta mutación ocurre cuando ya se encuentra en los ganglios linfáticos, se convierte en linfoma. Usando la misma analogía anterior, podemos decir que el linfoma es cáncer de la comisaría y la leucemia es el cáncer de los policías. La leucemia es un cáncer de la sangre y el linfoma un cáncer linfático.
El linfoma fue descrito por primera vez en 1839 por Thomas Hodgkin, médico inglés. Desde entonces, se han descrito más de 40 subtipos que se diferencian por el linaje de las células y por cambios a nivel molecular.
Hoy en día nos clasificamos linfomas se dividen en dos grupos principales: linfoma de Hodgkin y linfomas no Hodgkin. Ambos tienen una presentación clínica similar, pero dependiendo del subtipo, el pronóstico varía mucho. El linfoma no hodgkin es más común y presenta varios subtipos, con pronósticos distintos, siendo los más comunes el linfoma difuso de grandes células B (linfoma agresivo) y el linfoma folicular (linfoma indolente).
La diferencia entre el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin está en las características de las células malignas. Esta distinción sólo es posible después de la biopsia y la evaluación microscópica de las células cancerígenas. En general, podemos decir que las células malignas del linfoma de Hodgkin sufren muchas alteraciones, volviéndose muy diferentes de las células normales de los tejidos linfoides, mientras que las células del linfoma no Hodgkin sufren transformación maligna, pero preservan algunas características iniciales. Si quieres entender mejor cómo una célula se convierte en cáncer, sugiero la lectura de: CÁNCER | Síntomas y tipos.
Los linfomas son los tumores sanguíneos más comunes, siendo más frecuentes hasta que las leucemias, y están entre los 10 cánceres más comunes en el mundo. Pueden acometer desde niños hasta ancianos. En Brasil, los casos más famosos de linfoma son los de la ex presidenta Dilma Rousseff, de la autora de novelas Gloria Pérez y del actor Reynaldo Gianecchini.
¿Qué causa el linfoma?
No se sabe bien su causa, sin embargo, algunas asociaciones están bien establecidas. Una de ellas es con el virus Epstein-Barr, causante de la mononucleosis (lea: MONONUCLEOSIS - ENFERMEDAD DEL BEIJO). La infección por el VIH y la bacteria H.pylori, causante de las úlceras gástricas, también están relacionadas con algunos tipos de linfomas (lee: cómo y cuándo tratar a H.Pylori (Helicobacter pylori).
Otros factores de riesgo son historia de linfoma en la familia, inmunosupresión, como en los casos de trasplante de órganos, enfermedades autoinmunes (lea: ENFERMEDAD AUTOIMUNE), exposición a la radiación y algunos tipos de herbicidas.
El linfoma suele presentar síntomas inespecíficos, como fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso, prurito (picazón) y astenia. Un hallazgo más específico es el aumento asintomático de los ganglios linfáticos (internos). Abro aquí un paréntesis para explicar mejor.
Todo el mundo que ya ha tenido una infección de garganta, una afta, una espina dorsal en la cara o incluso una herida en el cuero cabelludo, notó que pueden surgir uno o más ganglios linfáticos aumentados y dolorosos en el cuello. Es la famosa isla. Esto se llama en el lenguaje médico de linfadenopatía reactiva, que son ganglios linfáticos recibiendo y combatiendo las bacterias que están presentes en una región cercana. Una vez que la infección se controla, en pocos días, los ganglios linfáticos regresan a la normalidad.
En el linfoma este aumento de los ganglios es indoloro y persistente, a veces progresivo, y no se identifican lesiones o infecciones que puedan justificar su aparición. Este aumento no es reactivo, sino por el crecimiento de las células cancerígenas. Es el tumor del linfoma.
Otro signo de linfoma es la aparición de ganglios linfáticos en lugares poco comunes, como en la región por encima de la clavícula o las axilas. El aumento de los ganglios linfáticos asociados a un bazo aumentado de tamaño (normalmente perceptible al examen físico) es muy sugestivo de linfoma. El dolor abdominal también es un síntoma común.
Otros ganglios que suelen formar tumores en el linfoma son los del mediastino, región dentro del tórax situada entre el corazón y los pulmones. En este caso sólo se identifican mediante exámenes, como la radiografía de tórax o la tomografía computarizada.
El diagnóstico definitivo del linfoma se realiza habitualmente a través de la biopsia del linfonodo aumentado.
El tratamiento depende de la etapa del linfoma, pero generalmente se utilizan la quimioterapia y la radioterapia. En casos más graves, no respondientes a la quimioterapia, se puede intentar el trasplante de médula ósea.
En algunos casos, el linfoma puede ser tan indolente, es decir, de crecimiento tan lento, que el médico puede optar por no iniciar un tratamiento agresivo, sobre todo si el paciente es mayor. El paciente se va acompañando periódicamente y la quimioterapia sólo se inicia si el tumor empieza a proliferarse de forma peligrosa.
Bueno, todo el mundo que busca información sobre cualquier tipo de cáncer, o bien saber cuál es la probabilidad de curación. Hablar en probabilidad de curación en cáncer es muy delicado, principalmente en los linfomas, que presentan innumerables subtipos y diferentes pronósticos.
Como en cualquier neoplasia, cuanto más precoz es la detección, mayores son las posibilidades de éxito. En el linfoma de Hodgkin, la detección precoz, cuando todavía hay pocos ganglios linfáticos afectados, normalmente indica una gran probabilidad de éxito de la quimioterapia. Más del 80% de los pacientes con linfoma de Hodgkin inicial logran controlar la enfermedad.
Los linfomas no Hodgkin presentan muchos subtipos, pero didácticamente, podemos dividirlos en dos grandes categorías.
1) Tumores indolentes (bajo grado) - Son aquellos que crecen lentamente, a lo largo de años. Si por un lado el paciente puede vivir hasta 20 años con el tumor, por otro, la cura completa es más difícil, principalmente en fases avanzadas, pues las células responden poco a la quimioterapia. Si el paciente es anciano y presenta un tumor no Hodgkin indolente, el mismo puede no tener su expectativa de vida muy alterada.
2) Tumores agresivos (alto grado) - Los linfomas no Hodgkin de alto grado, si no tratados a tiempo, llevan al óbito en algunos meses. El lado bueno de la historia es que son neoplasias que suelen responder bien a la quimioterapia habiendo una tasa de curación alta si se identifican precozmente.
Linfomas no Hodgkin indolentes:
Linfomas no Hodgkin agresivos:
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