La sequedad en los ojos, la falta de lágrimas, la sensación de arena en los ojos, la molestia y la quemazón pueden ser signos de una enfermedad llamada síndrome de ojo seco, también conocida como queratoconjuntivitis sicca o síndrome de disfunción lagrimal.
El síndrome del ojo seco es una condición común, que ocurre cuando las lágrimas no son capaces de proporcionar la lubricación adecuada para los ojos. Las lágrimas pueden ser inadecuadas por falta de producción o por una producción de lágrimas de mala calidad.
En este artículo vamos a explicar lo que el síndrome del ojo seco, cuáles son sus causas, sus síntomas y las opciones de tratamiento.
La lágrima es producida por las glándulas lagrimales, que se sitúan en los párpados superiores, en la región superior-lateral de las órbitas oculares, conforme se puede ver en la siguiente ilustración. La lagrima producida sigue siempre un camino, que va desde la glándula lagrimal hasta los canales lagrimales, que drenan el líquido por el conducto nasolacrimal hasta la cavidad nasal. Todo el mundo ya debe haber notado que cuando lloramos, surge un aumento de la secreción por la nariz.
La producción de la lágrima, sin embargo, no ocurre sólo en el momento en que estamos llorando. El acto de llorar sólo hace que la producción de la lágrima aumente mucho. Si usted repara bien, nuestro ojo está siempre húmedo, presentando una cobertura llamada película lagrimal.
La lágrima producida se extiende por el ojo cada vez que parpadeamos. En el intervalo entre cada uno de los parpadeos, la película lacrimal sufre un proceso de evaporación, por lo que sentimos incomodidad y sensación de ojo seco cuando nos quedamos mucho tiempo sin parpadear.
La película lagrimal, además de la función obvia de lubricación, proporciona también nutrientes, oxígeno y anticuerpos para superficie ocular. La lágrima se compone de 3 capas. Una capa externa, más aceitosa, que está compuesta por lípidos, una capa central, constituida por un 99% de agua, y una capa interna, que está formada por moco. Cada una de las capas de la película lagrimal tiene una función específica y cualquier cambio en una de ellas compromete la calidad de la película lagrimal como un todo.
La producción lagrimal sufre la influencia de factores hormonales y también de algunos estímulos externos, como la contaminación, los alérgenos o los traumas.
El síndrome del ojo seco es una enfermedad crónica, caracterizada por la disminución de la producción de la lágrima o la deficiencia en alguno de sus componentes. El ojo seco, por lo tanto, puede surgir por una baja producción de lágrima o por la producción de una lágrima de mala calidad.
Los principales factores de riesgo para el síndrome del ojo seco son:
Las personas que trabajan con ordenador, especialmente en ambientes con aire acondicionado, son algunos de los pacientes más frecuentes en los consultorios oftalmológicos con quejas de ojo seco. Los niños que se quedan mucho tiempo jugando con videojuegos también suelen sufrir este problema.
Los pacientes sometidos a cirugía refractiva también pueden presentar, aunque pasajero, un cuadro de ojo seco en el postoperatorio y eso debe ser evaluado y discutido antes de la cirugía.
Los signos y síntomas más comunes del ojo seco incluyen:
El lagrimeo excesivo es un síntoma frecuente, que suele causar cierta confusión para el paciente. En realidad, esta lagrimeación excesiva es sólo un reflejo del ojo, en el intento de combatir una superficie ocular enferma.
Como la película lagrimal es la primera capa encontrada por los rayos de luz que entran en los ojos, una película lágrimal irregular puede degradar la calidad de la imagen que es recibida por la retina. Por eso, grados variables de turbidez visual son comunes en quienes tienen ojo seco. La deficiencia visual asociada con los ojos secos es generalmente temporal y habitualmente mejora con el tratamiento.
Los síntomas del síndrome del ojo suelen empeorar al final del día, en las condiciones de baja humedad (aire acondicionado, viento, etc.), exposición al humo de cigarrillo o después de períodos prolongados de lectura o frente a la televisión o monitores de ordenador (el el paciente tiende a parpadear con menos frecuencia en estos momentos).
Los casos más graves causan una gran morbilidad y pueden conducir al compromiso de la córnea y hasta la pérdida de la visión.
Si los síntomas asociados a la sequedad ocular también vienen acompañados de sequedad de boca y otras quejas sistémicas, el médico debe pensar en el síndrome de Sjögren.
El diagnóstico es hecho por la historia clínica y por exámenes de evaluación de la lágrima relativamente simple y que se pueden hacer en el consultorio médico, como prueba de schirmer, prueba del colorante de rosa bengala y tiempo de rotura de la película lagrimal (BUT).
Como los síntomas son inespecíficos, se debe hacer el diagnóstico diferencial con otras enfermedades como alergia ocular, conjuntivites crónicas, blefaritis, episcleritis, etc.
El tratamiento es variado y complejo, no siempre eficaz y debe ser individualizado para cada caso. Es importante tratar de diferenciar en cuál de las 3 capas de la lágrima hay la alteración inicial, pues eso influye en el tratamiento.
Las lágrimas artificiales de las más variadas composiciones, anti-inflamatorios tópicos y orales, inmunosupresores y hasta cirugías (como oclusión de los orificios de drenaje lacrimal) pueden ser utilizados.
La suplementación alimenticia con ácidos grasos esencias (Omega 3) presente en los peces (salmón, sardina) y en el aceite de linaza son medidas útiles para casi todos los pacientes.
SANGRADURA DEL NARIZ - Causas y Tratamiento
El sangrado nasal, llamado en medicina de epistaxis, es una situación muy común, que llega a acometer más del 60% de la población en algún momento de la vida. A pesar de asustar, los sangrados de la nariz raramente provocan alguna complicación relevante. En la inmensa mayoría de los casos, la pérdida de sangre puede ser fácilmente controlada en casa, sin asistencia médica. En este
SÍNTOMAS DEL INFARTO AGUDO DEL MIOCARDIO
El infarto agudo de miocardio es un cuadro potencialmente grave que surge cuando el flujo de sangre que riega el corazón a través de las arterias coronarias es insuficiente, llevando a la necrosis de parte del músculo cardíaco. El principal y más clásico síntoma del infarto es un dolor tipo apretón en el lado izquierdo del pecho, con irradiación hacia el brazo. Sin emb